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Académicos eslovacos instan a Irán a liberar a los educadores bahá’ís

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BRATISLAVA, Eslovaquia (18 de septiembre de 2012) — Más de 80 personalidades académicas reclaman al gobierno iraní que detenga la persecución a educadores y estudiantes bahá’ís.

El ex primer ministro de la república de Eslovaquia, el Profesor Iveta Radičová, y el ex ministro de educación, el Profesor Ján Pišút, están entre las 84 personalidades que firman la carta abierta, presentada en una rueda de prensa aquí el lunes.

La carta expresa su «descontento respecto al tratamiento a estudiantes y maestros bahá’ís en Irán».

«La Administración del Estado está castigando a estas personas por sus esfuerzos en educarse», declara.

La carta se redactó en respuesta a las políticas que desde hace mucho tiempo el gobierno de Irán ha impuesto para privar a los bahá’ís de educación superior, así como los esfuerzos sistemáticos por cerrar una iniciativa informal de la comunidad bahá’í para la educación de sus miembros jóvenes.

Los firmantes hacen un llamamiento a las autoridades iraníes para que liberen a varios educadores bahá’ís. También piden que se les otorgue a los estudiantes bahá’ís los mismos derechos que se garantizan en las instituciones académicas eslovacas «sin tener en cuenta la tradición, religión o país de origen».

La carta abierta se preparó en cooperación con el presidente del Instituto de Asuntos Públicos, el Dr. Gregorij Mesežnikov. Éste comentó en la rueda de prensa de ayer que le parece «irrazonable» que un país le niegue los derechos a un grupo entero solamente porque pertenezcan a cierta religión.

Abrazando la iniciativa, Jitka Spillerová, de la comunidad bahá’í de Eslovaquia comentó que los académicos «han enviado un mensaje al gobierno iraní expresando que no pueden ocultar – ni siquiera a pueblos geográficamente muy lejanos– las injusticias que están cometiendo contra los bahá’ís de su país y otros intelectuales».

En enero de este año, el Comité de Asuntos Externos del parlamento de Eslovaquia publicó un manifiesto donde describía de «abominable» la incitación hacia el odio por parte del gobierno iraní basada en religión y creencias. También exigía que Irán ponga fin a sus « esfuerzos constantes por destruir la comunidad bahá’í iraní».