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Preocupación por la persecución de los bahá’ís de Irán en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

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Ahmed Shaheed, reportero especial de la ONU para la situación de los Derechos Humanos en Irán

Ahmed Shaheed, reportero especial de la ONU para la situación de los Derechos Humanos en Irán

GINEBRA, Suiza (BWNS) — En líneas generales, los derechos humanos en Irán no han mejorado sustancialmente desde la elección del presidente Hassan Rouhani el año pasado, a pesar de sus promesas de otorgar más derechos a los ciudadanos y de poner fin a las prácticas discriminatorias, según Ahmed Shaheed, el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Irán.

En una presentación ante el Consejo de Derechos Humanos ayer, el Dr. Shaheed dijo que si bien Irán había dado algunos pasos positivos hacia fortalecimiento de los derechos humanos, el gobierno continúa violando las normas jurídicas internacionales, oprimiendo a las mujeres, y persiguiendo a minorías étnicas y religiosas, entre las que se incluyen los miembros de la Fe bahá’í.

«Según consta, cientos de personas permanecen en algún tipo de confinamiento por ejercer sus derechos fundamentales, entre ellos unos 39 periodistas y blogueros, 92 defensores de derechos humanos, 136 bahá’ís, 90 musulmanes sunitas, 50 cristianos, y 19 musulmanes derviches», afirmó el Dr. Shaheed.

La sesión se caracterizó por la presentación formal de su informe anual al Consejo. En dicho informe, publicado la semana pasada, y antes del Consejo de ayer, el Dr. Shaheed señaló que si bien la propuesta de Irán de una carta estatutaria de derechos civiles es «un paso en la dirección correcta», sin embargo «no alcanza a contribuir al fortalecimiento de las protecciones para que disfruten por igual de los derechos humanos las mujeres y los miembros de las comunidades minoritarias étnicas y religiosas del país».

«Tampoco ha abordado el uso de penas crueles, inhumanas o degradantes, como la flagelación, el ahorcamiento, la lapidación y la amputación».

«La carta no prohíbe la ejecución de menores y tampoco aborda la preocupación sobre el uso de la pena capital, en especial por delitos que no cumplen la ley internacional relacionada con los delitos más graves», explicó el Dr. Shaheed.

La semana pasada, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, emitió también su informe anual al Consejo de los Derechos Humanos en Irán. Declaró que no había encontrado mejoras para los bahá’ís y otras minorías religiosas, y muy poco avance en la situación de derechos humanos de Irán en general.

«No ha mejorado la situación de las minorías religiosas y étnicas, que siguen sufriendo severas restricciones en el disfrute de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales –afirmó el Sr. Ban–. Las minorías religiosas como los bahá’ís y los cristianos se enfrentan a violaciones arraigadas en la ley y en la práctica».

Ayer, durante la presentación del Dr. Shaheed, a modo de diálogo interactivo, se permitió a las delegaciones de los países y a las organizaciones no gubernamentales hacer y responder a preguntas.

Al menos nueve países manifestaron específicamente su preocupación por la continua persecución de los bahá’ís iraníes. Entre ellos Australia, Bélgica, Botswana, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos. La Unión Europea, en su declaración, también mencionó a los bahá’ís.

Irlanda dijo: «La situación de los miembros de las minorías religiosas sigue siendo motivo de preocupación».

«Tomamos nota especialmente de la información contenida en el informe del relator especial sobre la situación de los bahá’ís, incluyendo que sean procesados con regularidad por participar en sus asuntos comunitarios, como facilitar servicios educativos y realizar públicamente prácticas religiosas, tales como asistir a reuniones devocionales, pero que por lo general son acusados de delitos políticos o contra la seguridad, tales como espionaje o “propaganda contra el sistema imperante”».

Botswana declaró: «También pedimos a Irán que elimine la discriminación contra las minorías religiosas, incluyendo a los bahá’ís».

Suiza preguntó por qué los bahá’ís son «sometidos a una creciente opresión, a pesar de que son muy discretos en Irán» y «no critican el gobierno».

Diane Ala’i, la representante de la Comunidad Intrernacional Bahá’í ante las Naciones Unidas en Ginebra, también participó en la sesión, al igual que otros representantes de ONG.

«Hasta la fecha, no ha habido ninguna mejora en la situación de los bahá’ís iraníes – dijo la Sra. Ala’i, dirigiéndose al Dr. Shaheed–. Como ha indicado usted mismo, 136 bahá’ís están en prisión sólo por motivos religiosos, ni uno solo de los jóvenes bahá’ís ha podido completar sus estudios en una universidad iraní y a la mayoría de ellos se les negó el acceso desde el principio; siguen cerrando sus comercios; el trabajo en el sector público está prohibido; los cementerios son profanados; y la incitación al odio en los medios de comunicación patrocinados por el Estado es galopante».