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Los Guardias Revolucionarios inician la destrucción de un cementerio Bahá’í histórico en Shiraz (Irán)

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NUEVA YORK, EE.UU (BWNS) – La Comunidad Internacional Bahá’í está conmocionada por la noticia de que los Guardias Revolucionarios de Irán han empezado una excavación en un cementerio bahá’í de relevancia histórica en Shiraz.  El sitio es, entre otras cosas, la última morada de diez mujeres cuyo cruel ahorcamiento en 1983 se convirtió en el símbolo de la persecución a muerte por parte del gobierno a los bahá’ís.

«Ayer recibimos informes desde Irán sobre el inicio de las excavaciones y la destrucción de las tumbas. Hay unas 40 o 50 excavadoras alineadas para levantar la tierra y acelerar las obras», afirmó Bani Dugal, la principal representante de la Comunidad Internacional Bahá’í ante las Naciones Unidas.

«Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional a que eleve su voz en protesta ante este acto perturbador».

«También pedimos directamente al presidente de Irán, Hassan Rouhani que detenga este acto de profanación».

Los informes recibidos hasta el momento indican que los empleados de los Guardias Revolucionarios habían completado una excavación de unos 1,5 metros de profundidad y  200 metros2 de superficie. El hoyo está próximo a varias tumbas muy antiguas en la parte occidental del cementerio, aunque se cree que no es lo suficientemente profundo como para haber alterado los restos mortales.

La Sra. Dugal explicó que los bahá’ís de la localidad han pedido directamente a los Guardias Revolucionarios que construyan el edificio proyectado en las áreas del terreno donde no haya tumbas, y que transformen las zonas donde hay sepulturas en un espacio verde, para no perturbar los restos mortales.

«Se han realizado peticiones a diversas autoridades municipales y provinciales, entre ellos al comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, al municipio de Shiraz, al Imam de la oración del viernes, al gobernador de la ciudad, al fiscal general de Irán y al jefe del poder judicial, sin resultados», declaró la Sra. Dugal.

El terreno ha pertenecido a los bahá’ís de Shiraz y se ha utilizado por ellos desde principios de los años 1920. Fue confiscado por el gobierno en 1983, fecha en la que arrasaron sus lápidas y destruyeron sus edificios principales. Desde entonces ha cambiado de propietario. Hace tres años, la oficina provincial de los Guardias Revolucionarios anunció que se había apropiado del lugar, y colocó un cartel en el que se indicaba el proyecto de construcción de un «edificio cultural y deportivo».

Unos 950 bahá’ís están enterrados en el cementerio.

Entre las personas destacadas que descansan en el cementerio están las «diez mujeres bahá’ís de Shiraz», que fueron ahorcadas el 18 de junio de 1983, en el apogeo de la campaña de ejecuciones del gobierno contra los bahá’ís. Entre 1979 y 1988, más de 200 bahá’ís fueron asesinados en Irán.

Estas diez mujeres, de edades comprendidas entre los 17 y los 57 años, fueron declaradas culpables de «crímenes» como ser «sionistas» y enseñar en clases de niños –el equivalente de la «escuela dominical» en Occidente. Su injusta y dramática ejecución atrajo la condena de todo el mundo. Cuando se anunció su sentencia, por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, emitió una petición de clemencia para ellas y otros 12 bahá’ís que habían sido condenados a muerte.

Durante el juicio, las diez mujeres fueron informadas que si se retractaban de su fe, serían liberadas. «Lo aceptéis o no, yo soy bahá’í» –respondió la joven de 28 años Zarrin Muqimi-Abyanih– No podéis arrebatármelo. Soy bahá’í con todo mi ser y todo mi corazón».

La más joven de todas, Mona Mahmudnizhad, con solo 17 años en el momento de su muerte, ha sido inmortalizada en canciones y vídeos. Su visible inocencia y valiente actitud ante la muerte hicieron de ella y de las otras nueve mujeres símbolos internacionales de la dura represión de Irán contra los bahá’ís.

Los ataques a cementerios han sido una característica común de la persecución a los bahá’ís en Irán en el curso de los últimos años. Entre 2005 y 2012, al menos 42 cementerios pertenecientes a los bahá’ís han sufrido ataques, de una manera u otra.

Estos ataques, perpetrados frecuentemente con el apoyo implícito, cuando no directo, del gobierno, han consistido lanzamientos de bombas incendiarias contra edificios mortuorios, derribamiento de lápidas, arranques de los arbustos del entorno, pintadas de graffitis anti-bahá’ís en los muros de los cementerios y la exhumación de cuerpos.

Fuente: Bahá’í World News Service