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EEUU criticó duramente a Irán por la detención de los siete líderes bahá’ís hace 8 años

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14 de Mayo de 2016, por Joe Sterling.- CNN – Estados Unidos condenó las detenciones de 2008 de los líderes bahá’ís en Irán el pasado sábado y pidió su liberación a la República Islámica. Irán detuvo a Fariba Kamalabadi, Jamaloddin Khanjani, Afif Naeimi, Saeid Rezaie, Behrouz Tavakkoli, Vahid Tizfahm y Mahvash Sabet. Todos ellos fueron condenados por espionaje, insultar santidades religiosas y propaganda contra la República Islámica. Fueron condenados a 20 años de prisión.

Los 7 Yaran

Los siete líderes bahá’ís encarcelados; sentados por la izquierda, Berouz Tavakkoli y Saeid Rezaie, de pie, Fariba Kamalabadi, Vahid Tizfahm, Jamaloddin Khanjani, Afif Naemi y Mahvash Sabet.

«Nos unimos a la comunidad internacional para condenar su encarcelamiento y pedimos a la República Islámica de Irán que los libere inmediatamente, junto con los demás presos de conciencia en Irán», expresó el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en una declaración emitida el pasado sábado.

«Además, hacemos un llamamiento a las autoridades iraníes a respetar sus propias leyes y cumplir con sus obligaciones internacionales las cuales garantizan la libertad de expresión, religión, opinión y reunión para todos los ciudadanos» añadió a la declaración.

Un comunicado de prensa de los bahá’ís de Estados Unidos informó que los siete líderes bahá’ís detenidos fueron condenados en principio a 20 años cada uno, pero sus sentencias han sido reducidas a 10 años. Mencionaron que están encarcelados desde el 14 de mayo de 2008 únicamente por sus creencias y que les ha sido «denegado totalmente cualquier proceso legal, negándoles también la igualdad de trato por ley».

En el pasado, el gobierno iraní manifestaba que los bahá’ís eran respetados como ciudadanos. Pero esta comunidad, a la cual el gobierno se refiere como secta, es mirada con recelo. «Nosotros, el estado iraní, ofrecemos una variedad de servicios a la secta bahá’í en Irán y los respetamos como seres humanos, pero no como espías, o como grupo político apoyado por Gran Bretaña e Israel para provocar disturbios en Irán», expresó el Fiscal General Qorban-Ali Dorri-Najafabadi en 2009, según un informe de la Agencia de noticias Fars.

La Comisión estadounidense sobre libertad religiosa internacional USCIRF (United States Commission on International Religious Freedom) hace sonar la alarma sobre el trato de Irán hacia los bahá’ís. Robert George, Presidente de la Comisión y Katrina Lantos Swett, Comisaria de USCIRF, escribieron una columna para el servicio de noticias de religión el pasado viernes, sobre la persecución a la Comunidad Bahá’í iraní, una comunidad de más de 300.000 miembros en Irán, la mayor minoría religiosa no musulmana de ese país.

El gobierno de Irán está decidido a erradicar esta comunidad, dicen, y a esta comisión, USCIRF, la describe como una «una comisión del gobierno federal de los Estados Unidos, independiente y bipartidista».

«Mientras que la búsqueda del objetivo de erradicación de la Comunidad Bahá’í sigue existiendo, la intensidad se acrecienta como respuesta al nivel de atención y presión mundial. Desgraciadamente, desde el año pasado hay señales que prueban que la persecución está en aumento, provocando una mayor indignación mundial por los abusos de Irán hacia esta comunidad religiosa pacífica».

George y Swett mencionaron que desde la revolución islámica en 1979, más de 200 líderes bahá’ís han sido asesinados y más de 10.000 han tenido que dejar empleos en el gobierno y en la universidad. Ha habido detenciones arbitrarias durante años. «Los bahá’ís, efectivamente, tienen prohibido asistir a colegios, gestionar sus propios centros de culto o escuelas, servir en las fuerzas armadas y obtener distintos puestos de trabajo. Incluso los matrimonios bahá’ís no se reconocen».

El año pasado, George y Swett, escribieron, «hay signos ominosos de la represión del nuevo gobierno». El gobierno iraní lleva a cabo propaganda deshumanizante y crea un clima de violencia hacia ellos, explican.

El líder supremo de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei, emitió un edicto religioso, o fatwa, en 2013 llamando a los iraníes a evitar «tratos» con bahá’ís y etiquetando al grupo de «desviado y engañoso», según ciertos informes de prensa.

Los escritores tiene en cuenta que otras minorías, como los sunitas, los cristianos, los zoroastrianos y los judíos, también se enfrentan también a esta discriminación en Irán, país que está dominado por los chiítas.

«Pero lo que distingue los abusos hacia los bahá’ís es la dura evidencia de que la erradicación es la meta final. Desde leyes, en las que dejan a los bahá’ís al margen de la sociedad, a la propaganda patrocinada por el Gobierno que degrada y deshumaniza, pasando por la detención masiva y encarcelación, el cierre de negocios, de permitir la violencia social contra los bahá’ís evitando la falta de juicio a los autores de estos crímenes, etc. Todos los indicios sugieren que el gobierno de Irán busca la limpieza religiosa de esta comunidad», escribieron.

George y Swett señalaron que el pastor cristiano Saeed Abedini fue liberado de su cautiverio en enero por Irán y ya es hora de que Irán «haga lo mismo a todos los presos religiosos, incluyendo a los siete líderes bahá’ís y a los profesores bahá’ís encarcelados junto con otros presos religiosos».

La religión bahá’í, fundada en el siglo XIX en Irán y ahora con millones de adeptos en todo el mundo, es una fe monoteísta que se centra en la unidad espiritual de la humanidad. Los clérigos que predominan en Irán consideran a la Fe Bahá’í como blasfema porque su fundador, Bahá’u’lláh, declaró ser un profeta de Dios. Los musulmanes creen que el profeta Mohammed fue el último Profeta de Dios.