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El último Templo bahá’í continental ya se ha inaugurado

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—Madrid, 14 de octubre de 2016—. A través de una ceremonia multitudinaria, con representación de la presidenta, autoridades regionales y locales y bahá’ís de más de ciento diez países, el Templo madre de Sudamérica ayer se abrió oficialmente al público.

Alrededor de quinientos invitados especiales procedentes del ámbito político, de la sociedad civil, del mundo académico, del sector empresarial y delegaciones de Sudamérica, Centro América, Norte América y el Caribe se congregaron en un emotivo acto que simbolizaba la conclusión de un proceso histórico que había durado un siglo: la construcción de las Casa de Adoración bahá’í continentales.

Con esta apertura en Santiago de Chile, se cierra un ciclo para los bahá’ís, los creyentes de esta religión global que se ha expandido por el planeta en apenas 150 años y que se fundamenta en las enseñanzas del noble persa Bahá’u’lláh.

Al inicio del acto de inauguración, el secretario de la Asamblea Espiritual Nacional de los bahá’ís de Chile —consejo de gobierno nacional elegido por el que se rigen—manifestaba “la Casa de Adoración se convertirá en el corazón y centro neurálgico de toda esta comunidad” y “en un refugio para la oración”.

1128_12El Ministro Secretario General de la presidencia de Chile, Nicolás Eyzaguirre Guzmán, quien acudió en representación de la presidenta Michelle Bachelet, explicó que esa Casa de Adoración de que se abría al público “es un espacio trascendente que busca la unidad y fomenta el respeto por todas las tradiciones religiosas”.

Representantes de diferentes tradiciones religiosas y del Centro Mundial bahá’í también asistieron al acto y posteriormente ascendieron hacia la montaña, donde está situado el Templo, para participar en el programa devocional especialmente preparado para la ocasión, donde se recitaron oraciones y textos sagrados y un coro compuesto por personas de diferentes partes del mundo entonaron cantos de alabanza poniendo melodía a escritos bahá’ís.

Significado e historia de las Casas de Adoración bahá’í

1126_01La Casa de Adoración representa una institución central para la vida comunitaria bahá’í, fundada por Bahá’u’lláh y a la que los bahá’ís se refieren como “Mashriqu’l-Adhkár”, cuya traducción es “El punto de amanecer de la adoración de Dios”.

La primera Casa de Adoración bahá’í se construyó en Ishqabad, Rusia —actualmente Turkmenistán—. El complejo del Mashriqu’l-Adhkár incluía la estructura central del templo, así como una serie de instituciones adyacentes tales como un hospicio para viajeros, un colegio, un centro de salud, que ejercían funciones sociales, filantrópicas y científicas. Tras la expropiación por parte de las autoridades soviéticas, debido a un terremoto el complejo fue seriamente dañado y finalmente destruido en 1963.

A medida que la comunidad bahá’í crecía y se expandía por el mundo, surgieron planes para edificar una Casa de Adoración en cada continente. Estos se denominaron “Templos Madre”.

El primero fue el de EEUU, inaugurado en Wilmette en 1953, al norte de Chicago, tras cuatro décadas de trabajo. Los Templos Madre de África y Australasia se inauguraron en 1961 en Kampala, Uganda y Sidney, Australia respectivamente. El de Centro América, en Panamá, Panamá se abrió al público ocho años después, y el del Pacífico, en Apia, Samoa, en 1984. Todos estos Templos se funden en el entorno natural en que se erigen y están rodeados por bellos jardines compuestos por plantas y flores autóctonos que realzan la majestuosidad de estas Casas de Adoración.

El Templo Madre de Nueva Deli, India, merece mención especial, ya que tras su inauguración en 1986 se ha convertido en uno de los lugares más visitados del mundo y ha recibido numerosos premios arquitectónicos. Se inspira en la emblemática flor de loto y acoge a millones de visitantes que se adentran en sus recintos para orar y meditar.

1126_001El mismo diseño de las Casas de Adoración, invita a la concordia y simboliza la unidad de la especie humana y de las religiones. Están abiertas para que cualquiera pueda orar y meditar en silencio en su interior, y ofrece programas devocionales regulares para la oración colectiva donde se entonan y recitan oraciones y textos sagrados de las religiones del mundo. No hay rituales ni ceremonias, sermones o púlpitos, ni tampoco recolecta de fondos. Se financian con la aportación voluntaria de los bahá’ís y se consideran un regalo de esta comunidad a la humanidad.

Aunque la Casa de Adoración es un centro para la oración y la meditación, su propósito no es ese únicamente. En su concepción, integra la adoración y servicio, dos principios inextricablemente ligados en los escritos bahá’ís, y puede verse bajo la óptica de una serie de instituciones para el desarrollo social y económico de la población a la que sirve de espacio de paz y oración. Por ello, en el futuro, según indicó Bahá’u’lláh, alrededor del edificio central del Templo, se deberán construir dependencias con funciones sociales, humanitarias, educativas y científicas.

En el siguiente enlace puede descargarse una serie de fotos relacionadas con los Templos Madre: http://news.bahai.org/multimedia/slideshow.php?storyid=1126