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¿Necesita el mundo contemporáneo del diálogo interreligioso?

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—Madrid, 28 de marzo de 2017—. El pasado domingo 26 de marzo, más de 17 colectivos de base religiosa organizaron una jornada en la que se preguntaban si el diálogo interreligioso es necesario en el mundo de hoy.

El colegio Jesús y María acogió a cerca de 200 personas procedentes de diferentes tradiciones pero que compartían las misma inquietudes: ¿se requieren espacios de diálogo interreligioso hoy día?, ¿cuál sería su función? A lo largo del día, a través de una revisión de los textos de las diferentes tradiciones, de los problemas contemporáneos y de las experiencias históricas de diálogo interreligioso, y con una metodología basada en grupos de trabajo y en presentaciones plenarias, se intentó dar respuesta a estas preguntas.

«Algunas conclusiones preliminares a las que hemos llegado son que el diálogo interreligioso podría contribuir a fortalecer procesos educativos que incrementen la cultura religiosa de las nuevas generaciones, ya sea a través del colegio o de los medios, y también a enriquecer a los participantes del mismo, ya que cada tradición enfatiza ciertos aspectos que en conjunto son complementarios», afirmaba Leila Sant, quien representaba a la comunidad bahá’í.

«Otra contribución del diálogo interreligioso puede ser el fortalecimiento de la cohesión social, ya que ayuda a acomodar las diferencias y a prevenir conflictos», indicaba uno de los participantes de un grupo de trabajo.

«También puede servir para superar el prejuicio religioso y el fundamentalismo, siempre y cuando se ponga de relieve que las diferentes tradiciones pueden verse como parte de un mismo sistema progresivo y consistente internamente» mencionaba Leila Sant. «Parece necesario comprender las lógicas religiosas para combatir con eficacia el fundamentalismo, y este es un ámbito al que los espacios de diálogo interreligioso pueden contribuir».

Otro punto que se destacó durante la jornada fue que el diálogo interreligioso puede ser un ejemplo a nivel metodológico, ya que busca que personas con diferentes visiones y perspectivas de la vida intenten llegar a consensos, a acuerdos, a unidad de pensamiento.

«Poner en diálogo las perspectivas religiosas con problemas sociales específicos», apuntaba Leila Sant. «Es fundamental en estos espacios, ya que muchos problemas contemporáneos llevan implícitos dilemas éticos y morales y esa es una dimensión que la religión aborda con mayor efectividad que ningún otro sistema».

«Los espacios de diálogo interreligioso no pueden aislarse del mundo que nos rodea, sino que deben tratar de responder ante él», concluía una joven que a la tarde compartió las perspectivas de uno de los grupos de trabajo.

El día finalizó con una celebración interreligiosa en la que se ponía de manifiesto la unidad subyacente a las distintas tradiciones.

Próximamente, el grupo motor se reunirá para enfocar su trabajo a la luz de las reflexiones que surgieron durante el encuentro.

Pequeña reseña histórica

Hace varios años, en 2015, la Asociación para el Diálogo Interreligioso Monástico y la Confederación de Religiosos Católicos convocaron a diferentes confesiones a una peregrinación interreligiosa. En ese espacio surgió la idea de constituir un grupo motor nacional compuesto por diferentes tradiciones que pudiera pensar en cómo contribuir a la mejora de la sociedad y emprender pequeñas acciones. En el 2016, el grupo motor, compuesto por integrantes de la iglesia católica, del islam, de la comunidad bahá’í, del budismo, del judaísmo y de un grupo de asociaciones de base cristiana, organizaron un evento al que asistieron otras tradiciones espirituales y en el que, además de confraternizar, se analizaba la expresión práctica en que las nociones de misericordia divina se manifiestan en las diferentes religiones.