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La alfabetización religiosa: clave para la cohesión social

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—Madrid, 3 de diciembre de 2018—. La Fundación la Merced Migraciones, dentro de su plan para prevenir la radicalización, pone en contacto a colectivos y agentes sociales con confesiones para normalizar el hecho religioso y prevenir conflictos vinculados con la desconfianza.

Fortalecer la cohesión social y así prevenir conflictos vinculados con la radicalización de posturas es complejo. Existen muchos factores relacionados que contribuyen a la misma: los valores compartidos, una cosmovisión común, los intereses mutuos, el idioma, el sentido de pertenencia y la identidad colectiva, la efectiva integración de diferentes colectivos en la vida económica y social de la sociedad en su conjunto, y un largo etcétera.

No obstante, existe un creciente reconocimiento de la necesidad de que la sociedad conozca mejor los fenómenos vinculados a la religión para evitar generar estigmas y conflictos, y evitar azuzar una radicalización de inspiración religiosa. La Fundación la Merced Migraciones se ha unido a esta ola —presente en ciudades como Barcelona desde hace más tiempo— y ha propiciado una serie de encuentros en las sedes de las diferentes confesiones a fin de poner en contacto a la población en general con diferentes grupos religiosos.

La comunidad bahá’í de España, dentro de la red de la Fundación antes señalada, recibió a un grupo de alrededor de veinte personas en su sede nacional de Madrid el pasado miércoles 21 de noviembre. «Fue un encuentro muy agradable, con gente realmente sensible y con ganas de aprender», indicaba Carolina Chamorro, Secretaria General de la Comunidad Bahá’í de España, después del encuentro. «Me ha dado mucha alegría poder compartir con personas tan diversas aspectos de nuestra Fe que puedan ser de relevancia para la sociedad actual».

Uno de los grupos representados en ese encuentro fue la policía local de Madrid. «La policía local de Madrid tiene un programa sobre gestión de la diversidad en colaboración con la Fundación Pluralismo y Convivencia, al que también estamos apoyando, en el que se integran diferentes grupos religiosos que quieren contribuir a la cohesión social y a la prevención de conflictos», manifestó Leila Sant, de la Oficina de Asuntos Públicos de la comunidad bahá’í.

Un principio que los bahá’ís promueven y sobre el que están intentando aprender en sus esfuerzos por establecer patrones de vida comunitaria locales —aunque interconectados nacional y mundialmente— es el de la unidad en diversidad. Las sociedades modernas están volviéndose cada vez más plurales, algo que puede ser enriquecedor o problemático, en función de cómo se gestione dicha diversidad.

«Fortalecer la unidad y la cohesión social, así, solo puede lograrse integrando las diferencias, reconociendo sus particularidades y abriendo espacios para que cada grupo pueda hacer su aportación única a la vida colectiva», concluía Dunia Donaires, de parte de la comunidad bahá’í, al final del encuentro.