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Conferencia: «Enseñanza de Zoroastro y el profeta persa del s. XIX Bahá’u’lláh»

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—Madrid, 26 de octubre de 2019—. La escritora Laura Arrache Barreto ofreció una ponencia sobre Zoroastro y Bahá’u’lláh dentro del ciclo de conferencias sobre mitos, religiones y humanidad que organiza el Ateneo de Madrid.

Laura Arrache, una persona multifacética e interdisciplinar, desde muy temprana edad en su tierra natal, México, tuvo una gran curiosidad e interés por conocer la historia de Zoroastro, haciendo continuas preguntas a su padre. Años después, ese interés la llevó a estudiar y profundizar en la filosofía zoroastriana, realizando diversos viajes por Irán.

En una de esas tantas visitas tomó contacto con una de las obras de Bahá’u’lláh, Las palabras ocultas, que ella considera que «son de un principio místico de gran riqueza». Los escritos del Báb y Bahá’u’lláh —las dos figuras proféticas de la Fe bahá’í— despertaron en ella el mismo interés que años antes había sentido por Zoroastro. 

La primera semana de octubre, ante un público de más de 80 personas en el Ateneo de Madrid, Laura Arrache realizó una exposición de la vida y obra de ambas figuras, manifestando que estos seres son «dispensadores de luz, que en la historia de la humanidad han sido enviados con mensajes precisos para el momento, con una propuesta perfectamente actual para nuestra época».

Al final de la ponencia, la escritora destacó el llamamiento que Bahá’u’lláh hizo a la humanidad para transformar la sociedad actual y dar un salto en su proceso de evolución social, estableciendo prácticas, principios, procedimientos, leyes, ordenanzas e instituciones relativas tanto a la organización de la sociedad como al refinamiento de las personas.

«Algunos de los principios básicos para un nuevo orden mundial que me tienen cautivada son la unidad de la humanidad, la unidad de la religión y sobre todo el de la libre búsqueda de la verdad, que nos permite adquirir certeza por nosotros mismos; la educación universal obligatoria, la armonía entre ciencia y religión, un tribunal de justicia mundial y la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, todo esto dicho en 1850 en un país como Irán», mencionó la ponente. «Parece algo muy utópico y lejano, pero qué interesante es que hoy podamos juntarnos a reflexionar sobre ello».