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La COP25 y los mecanismos de gobernanza global

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—Madrid, 28 de diciembre de 2019—. La crisis medioambiental a la que se enfrenta hoy la humanidad urge a los gobiernos del mundo a mejorar los mecanismos de gobernanza y dirigir los esfuerzos hacia la acción concertada.

Uno de los pabellones en la COP25, que se celebró en Madrid del 2 al 13 de diciembre.

La reciente celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25) en Madrid dejó patente la imperiosa necesidad de una gobernanza global que sirva a los intereses de la humanidad y permita resolver los graves problemas a los que se enfrenta.

Como organización internacional, Naciones Unidas ha demostrado que la humanidad posee capacidad de acción concertada en sanidad, agricultura, educación, protección medioambiental y de la infancia; ha afianzado el anhelo colectivo de construir un futuro mejor; ha puesto de manifiesto el arraigo de la compasión humana en la conciencia colectiva, como lo demuestra la dedicación de recursos financieros y humanos a la ayuda de pueblos en crisis. No obstante, los nuevos desafíos globales plantean la necesidad de avanzar hacia mayores niveles de cooperación e integración, subordinando el legítimo interés nacional al bien común.

La humanidad hoy se enfrenta por primera vez en la historia a un desafío medioambiental que amenaza su viabilidad en la tierra, como es el cambio climático, lo que ha hecho evidente que la coordinación y colaboración globales son vitales para la mera supervivencia.

La COP25, que tuvo lugar del 2 al 13 de diciembre bajo la presidencia de Chile y que se celebró en Madrid con el apoyo logístico del Gobierno de España, fue un momento crucial para los gobiernos, ya que se llegaba con la expectativa de consensuar internacionalmente las directrices necesarias para la aplicación efectiva del Acuerdo de París.

«La COP25, aunque representada en los medios como inefectiva, supuso importantes avances en cuestiones fundamentales, tales como la evolución de los procesos de consenso y la implicación de diferentes actores en las deliberaciones, es decir, gobiernos, sociedad civil, empresas y jóvenes», comentaba Shady Nicolás, de la Oficina de Asuntos Públicos de la Comunidad Bahá’í de España.

A pesar de que las negociaciones para encontrar soluciones sólidas son complejas, tal como señalaba el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Tijjani Muhammad-Bande, durante la entrevista que ofreció a Amaranta.tv en la Cumbre del Clima, «hay una gran colaboración entre naciones, incluso cuando entendemos que las naciones tienen historias, capacidades y tradiciones diferentes, pero aun así, hay camaradería entre los representantes». Además, indicaba que «los países reconocen que se necesitan los unos a los otros».

Otro aspecto a resaltar, durante los días de la COP25, señalaba Shady Nicolás, «fue la participación activa de los jóvenes en los eventos de alto nivel y en los espacios donde estuvo presente la sociedad civil». Esta visión es compartida por el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, quien finalizó la entrevista diciendo que «las tendencias globales más significativas para la próxima década son las conexiones establecidas por la juventud alrededor del mundo, que no se detienen ante las fronteras; jóvenes que piensan que pueden contribuir y que expresan de forma activa su postura en cuanto al clima, la justicia y la paz».