—Madrid, 3 de marzo de 2022—. Más de 40 representantes de las distintas instancias de la administración local, regional y nacional de los bahá’ís de la península e islas Canarias, participaron en Roma de la Reunión Institucional de países del Mediterráneo para consultar sobre los planes para emprender una nueva fase en el desarrollo de la comunidad bahá’í para contribuir en los procesos de cohesión y transformación social.
Al encuentro celebrado en Roma durante tres días, del 25 al 27 de febrero, asistieron cerca de doscientas personas que conformaban delegaciones en representación de las comunidades bahá’ís de Portugal, Francia, Italia, Malta, Sicilia, Bélgica y España. Se les unieron visitantes del Centro Mundial Bahá’í en Tierra Santa, Antonella Demonte, miembro del Centro Internacional de Enseñanza -un órgano consultivo que guía el crecimiento y desarrollo de la comunidad bahá’í internacional- y Lori McLaughlin, directora de la Organización Internacional Bahá’í para el Desarrollo.
El propósito de la reunión era considerar las implicaciones de una reciente carta de la Casa Universal de Justicia, que describe una visión para el desarrollo de la comunidad bahá’í que pondrá en acción «el llamamiento universal de Bahá’u’lláh para trabajar por la mejora del mundo». Una dimensión central de esta visión es el papel que desempeñan las iniciativas educativas que se extienden cada vez más en los barrios y comunidades de todos estos países.
Los participantes de la delegación española compartieron sus experiencias sobre el fortalecimiento de estos procesos educativos y la búsqueda de un compromiso más profundo con la sociedad. En muchas localidades, esto implicó complementar los programas de educación espiritual establecidos para los niños con festivales extendidos a toda la familia para que pudieran ampliar la participación e impacto en los barrios donde se concentran estas actividades.
La delegación de Canarias destacó los programas dedicados al empoderamiento de los adolescentes, quienes han asumido nuevos programas de acción social que responden a demandas que se han intensificado con la pandemia, como la necesidad de contar con espacios de encuentro, ocio y servicio a la comunidad. El uso del arte como la música ha sido un espacio para que muchos jóvenes desarrollen sus talentos, otros se han involucrado en la rehabilitación de jardines, parques y huertos, y otros participan regularmente del voluntariado social de las islas.
En su intervención en la conferencia, la Sra. Demonte animó a los participantes reunidos a considerar cómo podrían empoderar a las poblaciones con las que trabajan para que sean partícipes y protagonistas del desarrollo espiritual y social de sus comunidades. Instó a la comunidad bahá’í a examinar sus programas educativos para acelerar su crecimiento y generar un impacto social más amplio. Pidió a los participantes que consideraran «¿Qué aspecto tiene el cambio social en un barrio y qué hace falta para promoverlo?» y se ampliara la invitación a participar de estos procesos a todas las personas e instituciones sociales que son parte de las comunidades donde viven.
A medida que los participantes regresan a sus comunidades autónomas, se preparan para extender el espíritu y las ideas de este encuentro a un número creciente de amigos y colaboradores a lo largo y ancho del país a través de una serie de conferencias durante los meses de marzo y abril.