Primera Asamblea Espiritual Local de Madrid en 1948

—Madrid, 26 abril 2022—. Los bahá’ís en todo el mundo celebran sus elecciones sin candidaturas para elegir a los nueve miembros que formarán parte de sus Consejos de Gobierno a nivel local, más conocido como Asambleas Espirituales Locales (AELs). En Madrid, adquiere una especial importancia por constituirse la 75ª Asamblea Local, hecho histórico que sirvió como punto de partida para el establecimiento del Orden Administrativo bahá’í en España.

Participante en el proceso electoral en Madrid 2022

A día de hoy, España cuenta con 38 Asambleas Espirituales Locales que se encargarán de orientar, coordinar y estimular las actividades de los bahá’ís bajo su jurisdicción. Dado que en la Fe Bahá’í no existe clero, las nueve personas elegidas para formar parte de los consejos de gobierno no representan una élite eclesiástica. Los miembros de estas instituciones no tienen una posición de preeminencia dentro de la comunidad bahá’í de manera individual, sin embargo, sus decisiones colectivas son la autoridad moral hacia la que el resto de la comunidad se dirige.

Participante en el proceso electoral en Madrid 2022

En el nivel nacional, los asuntos de la comunidad bahá’í son administrados por la Asamblea Espiritual Nacional, un consejo electo de nueve miembros responsable de guiar las actividades de la comunidad bahá’í dentro de un país determinado. Tras dos años de pandemia, que impidieron los encuentros presenciales, se reanuda la celebración de la Convención Nacional, evento anual donde los bahá’ís de España a través de sus delegados, eligen a su Asamblea Espiritual Nacional. Este encuentro tendrá lugar, entre el 29 de abril y el 1 de mayo, en Llíria (Valencia) en unas elecciones sin candidaturas, sin campañas electorales y en un ambiente destacado por su espiritualidad.

Los orígenes de este sistema—conocido como el Orden Administrativo Bahá’í—se encuentran en los Escritos de Bahá’u’lláh Mismo y pueden concebirse como un nuevo modelo de organización comunitaria. En esta concepción, el poder reside en los miembros de la comunidad, y la capacidad decisoria final, en las instituciones colegiadas. El catalizador de este sistema es «la consulta»: un método participativo de toma de decisiones en donde la escucha activa, la empatía y la tolerancia, son elementos claves de su funcionamiento.