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La acción social de las minorías religiosas: la experiencia de la comunidad bahá’í en el barrio Virgen del Remedio, Alicante.

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—Madrid, 03 de diciembre de 2024—. Las minorías religiosas son motores de cambio social, que promueven el entendimiento mutuo, la convivencia y la integración social, cuando trabajan de manera colaborativa con otras organizaciones y comunidades. Desde el año 2021, la comunidad bahá’í de Alicante ha estado contribuyendo de manera sincera y desinteresada al desarrollo comunitario del barrio Virgen del Remedio, multicultural y rico en diversidad.

Mural en Virgen del Remedio

Recientemente, la oficina de Asuntos Públicos participó en el II Foro Municipios por la Tolerancia, organizado por la Fundación Pluralismo y Convivencia, el Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), cuyo objetivo fue reflexionar sobre cómo mejorar la gestión de la diversidad religiosa en España y donde se compartieron buenas prácticas municipales en este ámbito.

Uno de los aspectos que se puso sobre la mesa fue el entendimiento de que la diversidad religiosa no es un lujo, sino una realidad que, cuando se gestiona adecuadamente, puede convertirse en una fuente de riqueza y fortaleza para las comunidades. En este sentido, una de las mesas se centró en el potencial cívico de la acción social de las confesiones minoritarias, donde Sebastián Mora, profesor de la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro (Universidad de Comillas), destacó que las minorías religiosas desempeñan un papel esencial en la construcción de sociedades democráticas y solidarias. Mora subrayó que este potencial cívico sólo puede desplegarse plenamente si se reconoce y visibiliza el trabajo que las confesiones minoritarias ya están llevando a cabo, al tiempo que se fomenta la colaboración y el apoyo a sus iniciativas solidarias.

En este contexto, queremos compartir una experiencia concreta de acción social desarrollada por la comunidad bahá’í en el barrio Virgen del Remedio, de la ciudad de Alicante, que ilustra cómo las minorías religiosas no solo contribuyen al bienestar local, sino que también refuerzan el tejido social a través de iniciativas que promueven la unidad y la colaboración. 

Llegada al barrio Virgen del Remedio, Alicante

El barrio Virgen del Remedio está ubicado en la zona norte de Alicante. A nivel demográfico, según los datos del departamento de estadística del Ayuntamiento de Alicante del año 2022, más del 37% de la población residente en Virgen del Remedio tiene origen extranjero, siendo Argelia, Marruecos y Senegal, las nacionalidades predominantes. Sin embargo, como ocurre en muchos lugares, la realidad es que el porcentaje de población extranjera y en concreto la de origen árabe, es significativamente mayor, ya que muchos de ellos se encuentran en situación administrativa irregular. 

El trabajo de la comunidad bahá’í en el barrio se inició a mediados de 2021, motivados por el deseo de contribuir al desarrollo de esa población con muchas necesidades sociales y de pertenencia pero al mismo tiempo, confiados en el potencial que aporta la interculturalidad. La comunidad bahá’í local, decidió comprar un espacio para comenzar a ofrecer actividades organizadas por el Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario, algunas puntuales y otras permanentes, dando respuesta a las necesidades del barrio caracterizado por la multiculturalidad. Algunas de esas actividades han sido clases de español para adultos, apoyo y refuerzo escolar, actividades educativas en valores humanos y convivencia, otras simplemente son espacios regulares donde familias del barrio se reúnen, socializan y se forman. 

Formando adolescentes para transformar la sociedad

Uno de los programas educativos que más éxito ha tenido en el barrio es el programa de empoderamiento prejuvenil, dirigido a adolescentes entre 11 y 15 años, ya que las familias anhelan que sus hijos puedan emplear su tiempo libre en actividades constructivas. Este programa busca desarrollar su pensamiento crítico y habilidades personales a través de reflexiones sobre cuestiones sociales, actividades prácticas y proyectos de servicio comunitario para fomentar su sentido de responsabilidad hacia su entorno. El enfoque combina tiempo para actividades artísticas, deportivas y diversión sana con el objetivo de fortalecer los lazos de amistad entre ellos. 

Un aspecto distintivo del programa es su reconocimiento de los adolescentes como seres espirituales, con talentos y un asombroso potencial para transformar la sociedad, y les empodera para que puedan hacerse cargo de su futuro. Aunque es un esfuerzo en evolución, el programa ayuda a los adolescentes a fortalecer su comprensión lectora y escritura, al tiempo que reflexionan sobre temas como la convivencia en un barrio multicultural.

Colaborando con el I.E.S Virgen del Remedio

Poco a poco las relaciones de amistad, confianza entre las familias y los amigos de la comunidad bahá’í se van extendiendo y se amplía, a su vez, la colaboración e interacción con asociaciones locales, instituciones públicas y vecinos para poder atender otros frentes que requieren abordarse.

De esta forma, a través de las actividades organizadas por el Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario, se ha iniciado un diálogo con el equipo directivo del Instituto de Educación Superior (I.E.S.) del barrio compartiendo ideas sobre cómo fomentar una mayor conexión entre el centro y las familias. El absentismo escolar y la limitada participación de las familias en la vida escolar, en un contexto donde no existe una AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos), han sido desafíos recurrentes que el equipo directivo del I.E.S. está intentando abordar pues se quiere evitar que muchos de los estudiantes que están en riesgo de abandonar sus estudios lo hagan antes de terminar la formación mínima obligatoria. Algunos amigos de la comunidad bahá’í, se han ofrecido a llevar adelante una labor mediadora entre las familias y el I.E.S., una iniciativa que acaba de comenzar, pero resulta prometedora para todas las partes. Además, de manera regular, se ha creado un espacio en horario escolar con un grupo especial de alumnos, donde se está impartiendo el programa de empoderamiento prejuvenil como una iniciativa que puede responder al desafío actual de absentismo escolar.

Otra área de interés del equipo directivo del Instituto es conocer de cerca el trabajo que se está realizando con el programa dirigido a los adolescentes del barrio y explorar formas de colaboración futuras, como la cesión de espacio fuera del horario escolar.

Mujeres enseñando a mujeres

Cuando hablamos de colaboración hay muchos tipos de sinergias que pueden surgir cuando se propician los espacios necesarios para ello. Algunas de ellas son formales y otras surgen de manera orgánica. Un ejemplo de ellos es el grupo de mujeres del barrio que se han unido para formarse en temas relativos a la educación espiritual de niños y adolescentes, encontrado contenido valioso en los materiales del  Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario

Virgen del RemedioEstas mujeres, provenientes de diversos orígenes como Argelia, Marruecos, Indonesia, Rusia, Ucrania, Pakistán, Senegal, Guinea Ecuatorial, Colombia e Irán, no solo están desarrollando sus habilidades cognitivas, sino que también están desempeñando un papel activo como mediadoras y traductoras de otras mujeres que tienen dificultades de interactuar en otros espacios públicos. Por ello, las más avanzadas en el idioma junto a otros voluntarios del barrio ofrecen clases gratuitas de español a quienes las necesitan, creando un puente lingüístico y cultural esencial. Esta iniciativa que se desarrolla en el local de la comunidad bahá’í,  se ha convertido en una red de colaboración que facilita la integración y el acceso a recursos, apoyando a personas que, en muchas ocasiones, desconocen a quién dirigirse en el espacio público, sea para gestionar trámites, asistir al centro de salud, o simplemente hacer la compra.

Además, dos de las mujeres de este grupo, por iniciativa propia, se encargan de gestionar los donativos que llegan al local, como ropa, juguetes y otros enseres. Dos días a la semana organizan y exponen estos artículos para que puedan ser distribuidos entre las familias que los necesitan.

 

Información y apoyo sobre acceso a la vivienda

Otra iniciativa destacable es el proyecto Habitatge Global, un espacio dedicado a asesorar a los vecinos en cuestiones relacionadas con la vivienda. Este proyecto brinda apoyo a personas que enfrentan dificultades habitacionales, ofreciéndoles orientación sobre derechos, recursos disponibles y posibles soluciones. Gracias a la colaboración con el Instituto Bahá’í, Habitatge Global ha establecido su sede en el local del Instituto, lo que ha facilitado la realización de actividades conjuntas.

Entre estas actividades, se incluyen sesiones gratuitas impartidas por técnicos especializados, enfocadas en la convalidación de estudios y otros trámites administrativos esenciales. Este tipo de servicios son especialmente importantes en barrios como Virgen del Remedio, donde muchas familias enfrentan barreras burocráticas significativas y necesitan un apoyo accesible para ejercer sus derechos y mejorar sus condiciones de vida.

Promoviendo mesas comunitarias

También se han desarrollado iniciativas más formales, como las mesas comunitarias, espacios promovidos por las instituciones públicas donde asociaciones y entidades locales se reúnen con un propósito común. Una de estas iniciativas se centró en el acondicionamiento del solar comunitario, un lugar que requería labores de limpieza, jardinería y construcción de mobiliario para devolverle su función como punto de encuentro para el barrio.

El proceso contó con la implicación de muchas personas del barrio, y el Instituto Bahá’í quiso involucrar a los niños a través de las clases de educación espiritual que se ofrecen en la zona. Los niños diseñaron bocetos de cómo les gustaría que fuera el solar y junto a Arquitectos Sin Fronteras, algunas de sus propuestas fueron incorporadas en el diseño, asegurando que el solar refleje las necesidades y aspiraciones de la comunidad.

Los prejóvenes y jóvenes también desempeñaron un papel fundamental en la transformación del espacio. Participaron en la construcción de una caseta de herramientas, pintaron un mural con la frase “La tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos”, limpiaron escombros y colaboraron en otras mejoras.

Lo más valioso de este proyecto ha sido la manera en que niños, prejóvenes, jóvenes y familias han adoptado el solar comunitario como un espacio de convivencia, convirtiéndolo en un lugar donde se realizan actividades promovidas por la comunidad bahá’í y se fortalecen los lazos entre los vecinos.

Los escritos de la fe bahá’í nos enseñan que la humanidad puede compararse a un cuerpo humano; cada elemento tiene una función necesaria para el buen funcionamiento de la totalidad; cada miembro como un dedo que forma parte de la misma mano. Debemos ver la diversidad de la humanidad como una riqueza, y no vernos como extraños, sino como miembros de la misma familia humana que ama al mundo entero y no solo a su propia patria.