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Concluye la primera sesión del juicio de los siete líderes bahá’ís de Irán

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GINEBRA. El juicio de los siete líderes bahá’ís encarcelados ha dado comienzo hoy en Irán. Según ciertos informes preliminares, el proceso ha estado marcado por las numerosas violaciones de los principios que otorgan derecho a un juicio justo.

La vista ha durado unas tres horas, y las autoridades han indicado que las diligencias judiciales de hoy constituyen meramente “la primera sesión”, y no se ha informado de la fecha de las futuras sesiones.

“Tenemos entendido que no se ha permitido la entrada a la sala a los observadores”, señala Diane Ala’i, representante de la Comunidad Internacional Bahá’í ante la ONU. “Creemos que se trata de algo absolutamente escandaloso, dado que los siete bahá’ís han sido encarcelados únicamente por sus creencias religiosas, en contradicción total con toda norma en materia de derechos humanos”.

“Tenemos entendido que los abogados tuvieron que discutir para poder acceder a la sala, abogados que, en cualquier caso, prácticamente carecieron de acceso a los acusados durante casi dos años”.

“Al mismo tiempo, se vio cómo los agentes del Ministerio de Inteligencia encargados de los interrogatorios, junto con un equipo de rodaje, entraban en la sala, suscitando dudas sobre la naturaleza del juicio”, señaló.

La Sra. Ala’i también indicó que un sitio web iraní, relacionado con una televisión estatal, publicó un artículo el lunes por la tarde en el que anunciaba que el juicio ya había dado comienzo, y relacionaba las mismas acusaciones, que carecen de fundamento alguno, formuladas anteriormente contra los siete bahá’ís.

“En cualquier caso, todos estos informes apuntan a un juicio que es sumamente irregular, muy similar a las farsas judiciales que se han celebrado en Irán en los últimos meses.”

“Pase lo que pase, resulta evidente que el proceso de estas siete personas inocentes representa el juicio de toda una comunidad religiosa, y constituye una tentativa de seguir intimidando y arrinconando a todos los bahá’ís iraníes sencillamente porque su opinión religiosa difiere de los que ejercen el poder”.