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Décadas de persecución a educadores y estudiantes universitarios bahá’ís han sido precursoras de los acontecimientos que se viven actualmente en Irán

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– Madrid 27 de octubre 2023 – El comienzo del año universitario en Irán ha estado marcado por la expulsión de cientos de profesores acusados por la autoridades de “participar y apoyar”  a los estudiantes en las distintas manifestaciones del último año. Esta práctica ya ha sido experimentada por los profesores y universitarios bahá’ís desde los inicios de la revolución islámica por la sola razón de sus creencias religiosas. El último paso implementado por el Ministerio de Ciencia, Investigación y Tecnología  para impedir el acceso a los bahá’is a la educación superior ha surgido en las últimas semanas, cuando se pidió abiertamente a los aspirantes universitarios  firmar un formulario de declaración en el que renunciaban a sus creencias para poder ser admitidos en la universidad. Obligar a los jóvenes bahá’ís a elegir entre sus estudios y su fe es una violación flagrante de dos derechos fundamentales: el derecho a la educación y el derecho a la libertad de conciencia, religión o creencia. 

El reciente despido de miles de educadores y estudiantes de universidades y colegios iraníes, sólo por expresar su apoyo a la igualdad y la justicia en Irán, recuerda la purga de profesores, maestros y estudiantes universitarios bahá’ís que comenzó poco después de la Revolución Islámica de 1979.  La negación a la educación superior de los bahá’ís iraníes continúa ininterrumpidamente y ahora es también el triste destino de iraníes de todos los orígenes, que sufren la misma injusticia. 

Después de la Revolución, la expulsión y prohibición a los bahá’ís del acceso a la educación superior fue formulada como política gubernamental en una serie de documentos conteniendo instrucciones al respecto, en particular el memorando de 1991 conocido como la «Cuestión Bahá’í», firmado por el Líder Supremo Ayatolá Ali Jamenei publicado por un Relator Especial de las Naciones Unidas. El memorando todavía vigente, pide que se «bloquee» el progreso y desarrollo de la comunidad bahá’í y que se les nieguen oportunidades educativas.

«En los últimos meses, el gobierno iraní ha tomado medidas para despedir a miles de catedráticos, profesores y estudiantes universitarios de las escuelas y universidades del país por apoyar la igualdad entre mujeres y hombres, y por buscar una sociedad justa y equitativa», declaró Simin Fahandej, representante de la Comunidad Internacional Bahá’í, ante las Naciones Unidas en Ginebra. «Ahora estos miles de estudiantes y sus dedicados y altamente capacitados educadores están forzados a sentir la angustia y la pérdida que se ha infligido a los bahá’ís durante más de 44 años, sumándose a la actual opresión de todos en la sociedad iraní. Nuestra historia, la historia de todos los iraníes, es sin duda una historia compartida», añadió Fahandej, refiriéndose también a la campaña #OurStoryIsOne (Nuestra Historia es Una).

El despido de más de 20.000 académicos y profesores iraníes, como se ha informado ampliamente en los medios de comunicación en los últimos meses, no sólo priva a estas personas de su vocación, sino que priva a cientos de miles de niños y estudiantes universitarios de la educación de calidad ofrecida por sus antiguos profesores.

Negar a los jóvenes el derecho a estudiar se ha convertido no sólo en un ataque contra la comunidad bahá’í, sino en una violación contra toda la sociedad iraní», afirmó Fahandej. «A decenas de miles de jóvenes bahá’ís, de todas partes de Irán, se le ha prohibido el acceso a la universidad desde la instauración de la República Islámica, privándoles no sólo de una educación universitaria, sino también de obtener un empleo y de su desarrollo intelectual. Aniquilando sus esperanzas de una carrera satisfactoria y un futuro próspero» y privando a Irán de algunas de las mentes con más talento del país. El rechazo a capitalizar este talento y deseo de servir es una terrible pérdida para el país y una vergüenza nacional».

Muchos bahá’ís que participan en el examen nacional iraní de acceso a la universidad han logrado obtener algunas de las notas más altas del país. Sin embargo, se les deniega el acceso a la universidad por su fe. Durante muchos años, a los bahá’ís que aprobaban los exámenes nacionales de acceso a la universidad de Irán se les decía que no habían sido aceptadas porque sus solicitudes estaban «incompletas» o «defectuosas», a pesar de que esto fuera inexacto.

Documentos oficiales del gobierno iraní de 2006, 2007 y 2020 también han confirmado y ampliado esta directiva. Y justo el año pasado, los solicitantes universitarios bahá’ís fueron «rechazados» por no cumplir uno de los «requisitos generales» para la admisión universitaria. Pertenecer a una religión reconocida por la constitución iraní: islam, cristianismo, judaísmo o zoroastrismo, se establece como un requisito general para la admisión según aparece en el sitio web de la autoridad educativa.

También se acosa, detiene y encarcela a maestros de preescolar bahá’ís, profesores de música y otros académicos por enseñar y dar clases particulares a niños y jóvenes en todo el país.

El último paso en la campaña del gobierno iraní para impedir el acceso a los bahá’is a la educación superior ha surgido en las últimas semanas, cuando se pidió a los aspirantes universitarios de la comunidad bahá’í que firmaran un formulario de declaración en el que renunciaban a sus creencias para poder ser admitidos en la universidad. Obligar a los jóvenes bahá’ís a elegir entre sus estudios y su fe es una violación flagrante tanto del derecho a la educación como del derecho a la libertad de conciencia, religión o creencia.

«Al publicar este formulario de declaración, el gobierno iraní ha vuelto a mostrar su verdadero rostro. Cuatro décadas de mentiras y engaños oficiales -diciendo que no se discrimina a los bahá’ís por sus creencias- han quedado una vez más al descubierto. Imagínese que a un joven se le pide que elija entre sus creencias y estudiar en la universidad; ¿cómo podría aceptarse esto en ningún otro lugar del mundo?», dijo la Sra. Fahandej. «Obligar a los jóvenes de ambos sexos a elegir entre sus estudios y su fe es una violación atroz de los derechos humanos. Los pactos internacionales que ha firmado Irán dicen que todos los iraníes deben tener igual acceso a la educación y a la libertad de religión o creencias. Pero en lugar de respetar estos derechos, las autoridades iraníes utilizan dos valores apreciados por los bahá’ís, la veracidad y la educación, en un insidioso esfuerzo por distanciar a los bahá’ís de sus creencias».

El formulario fue elaborado por el Ministerio de Ciencia, Investigación y Tecnología del gobierno iraní y puede verse en persa e inglés en la página web Archives of Baha’i Persecution.